Que estés sonriendo
La vida sigue, sin lugar a dudas. No obstante, los hechos marcan, te dejan una cicatriz que siempre te hace acordar de que esos sucesos ocurrieron. Los aniversarios de dichos momentos te recuerdan también que el tiempo pasa (a veces más lento que rápido). Cada diciembre se hace más presente, lo cual no significa que durante el resto de los meses uno se vaya a olvidar. Simplemente a veces lo pasas por alto porque, justamente, la vida pasa por delante nuestro y hay que trabajar, estudiar, comer, dormir, seguir vinculándonos con el otro, etc.
Se van a cumplir veinte años de lo que pasó aquel 30 de diciembre del año 2004. Miro la foto que aquí comparto, y pienso en todo ese grupo de amigos. Habrá sido tres o cuatro meses antes, no lo recuerdo exactamente, pero lo supongo por los buzos que tres de los presentes tenemos puesto.
Pienso en que de esos seis que allí me acompañan, tres son mis amigos del alma hasta el día de hoy y probablemente para siempre (uno de ellos es el padrino de mi reciente primer hijo). Hay dos que la vida los fue apartando, sin que haya ocurrido algo en particular, pero vieron que la vida pasa y van quedando personas en el camino. Está todo más que bien, si uno los cruza los saluda y puede llegar a recordar viejas anécdotas, pero fueron personas de ese momento y ese lugar. Nada más.
Ahora bien. A uno de esos pibes, con tan solo catorce jóvenes años, le arrebataron el futuro. Le extirparon la posibilidad de hoy ser parte de algún conjunto de amigos del alma o, bien sino, del otro colectivo de pibes que puede existir también, de los que quedan en el camino. Imposible que él pase de largo en nuestras vidas, pero te lo tomo.
Podemos discutir horas, meses y años sobre la culpabilidad y los responsables de la masacre, sin embargo, no es el objetivo de estas líneas.
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Me pregunto muchas veces que sería de tu vida hoy. ¿Nos seguiríamos viendo? ¿De qué trabajarías? ¿Habrías estudiado algo? ¿Tendrías pareja, hijos, mascotas? ¿Vivirías todavía en lo de tus viejos o tendrías tu propio lugar? Son todas preguntas que puedo responder de mis amigos, pero no tengo ningún tipo de respuesta para con vos. Puedo suponer, juzgar, imaginar qué habría sido de tu vida, pero son todos juegos o conjeturas. Y esas respuestas no las tengo porque te las quitaron...
Creo que sí, que serías parte del grupo todavía. Eras muy amigo nuestro, nos divertíamos y entendíamos muy bien. Teníamos un humor muy parecido y no tengo dudas de que formarías parte de las juntadas que hoy en día mantenemos, ya sean grupales o individuales. Nos seguirías haciendo cagar de risa con tus ocurrencias y comentarios.
Estaríamos hablando de música seguramente y hasta habríamos ido a recitales juntos. Yo tenía diecisiete cuando fui por primera vez, esquivando todas las negativas habidas y por haber de parte de mis padres (y después de lo que había pasado, con justa razón). Vos fuiste el que me introdujo al rock argentino, cuando me prestaste "De la cabeza con Bersuit Vergarabat". Habías llevado el original al colegio, pero como era de tu hermana me dijiste que espere que al otro día me traías la copia. Así fue, cumpliste y me lo trajiste. ¡Si lo habré gastado a ese cd! De ahí en más entré a ese mundo que hasta el día de hoy es el que pertenezco. Lógicamente, por cuestión de edad, bandas que escuchaba en mi adolescencia quizá hoy las escucho menos, incorporando viejos y nuevos artistas a mi repertorio actual.
Que me hayas pasado o compartido el gusto musical es algo imposible de olvidar, y voy a estar agradecido de por vida.
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No sabía que ibas a ir a Cromañón. Tengo entendido que por haberte llevado materias te habías perdido un recital previo, pero que al final por esas cosas del destino terminaron yendo ese jueves. La familia completa. Me enteré de lo sucedido en la madrugada del 31, porque dormía con la radio Mega encendida y estaban hablando de eso. No tengo idea por qué me desperté, pero quedé en absoluto shock. Pensé en vos automáticamente.
Tipo 8 am me levanté rápido y prendí el televisor. Vi en un canal de noticias (que pasaba las listas de fallecidos y/o heridos, creo que era Infobae) nombres y apellidos que reconocía, y quedé helado. Entendí que sí, que tuviste que haber estado ahí. Uno de los amigos de la foto (del grupo de los "del alma") luego me lo confirmó. Él se iba a ir de vacaciones con vos y tu familia.
Lo que siguió ese día fue una montaña rusa de emociones, con rumores de todos los colores. No importa ya.
Con los chicos tratamos de acompañar a la familia en esos primeros días, donde se realizan los eventos habituales para este tipo de sucesos. Los años siguientes fuimos varias veces a verte, por llamarlo de una manera. Era raro, te sentíamos más vivo en los recuerdos y en nuestra memoria que en un sitio así. Con el tiempo eso se cortó, no así la memoria.
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Hoy tengo treinta y cuatro años. Vos habías nacido dos días antes que yo, y te juro que en cada mayo el recuerdo está más vivo. Nos cortaron el tiempo de una amistad que seguro iba a perdurar.
No sé por donde andarás, me cuesta toda esa parte espiritual que dice que estás en uno u otro lugar. En nuestro corazón y en nuestros pensamientos siempre estás.
Pero bueno, por donde sea que estés, que estés sonriendo.
Mati Calderón presente ayer, hoy y siempre.
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