Selección de campeones: Scaloni



Lionel: del griego "león" o "valiente". Dos palabras que significan mucho, más aún si las asociamos a la carrera de Scaloni al frente de la Selección Argentina. Hoy sabemos que es de los técnicos más ganadores en la historia de la selección, con una eficacia tremenda del 75,5% (154 puntos sobre 204 posibles, en los 68 partidos que lleva como DT) y el invicto más largo de nuestra historia (36 partidos). Pero vayamos un poco más atrás, para conocer mejor al entrenador que se consagró campeón del mundo cuando muchos no creían en él y en su cuerpo técnico.

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Scaloni inició su carrera como futbolista en Newell´s, uno de los dos grandes de Rosario. Se desempeño siempre como lateral o volante por la derecha. Su etapa allí fue breve, ya que Estudiantes de La Plata posó sus ojos en él y lo fichó para su club. Completó una buena temporada y lo compró Deportivo La Coruña, equipo español que nunca había ganado un título y que solía promediar la mitad de tabla. 
En el equipo español logró su "prime", como se dice ahora en varios canales futboleros de youtube. Allí disputó ocho temporadas y media, jugando más de 300 partidos y convirtiendo 18 goles. Con el "superdepor", como se apodó al club durante su estadía allí, ganó cuatro títulos: Primera División, Copa del Rey y dos Supercopas españolas.

Tras su gran paso por España, decidió emigrar a Inglaterra. Allí jugó media temporada en el West Ham United. Así como estuvo ocho años y medio en el Deportivo, estuvo casi la misma cantidad de tiempo en todos estos clubes: West Ham (Inglaterra), Racing de Santander (España), Lazio (Italia), Mallorca (España), Lazio nuevamente y, por último, Atalanta (Italia). Allí se retiró, culminando una carrera de veinte años como futbolista profesional, participando en más de 500 partidos a nivel clubes, con 29 goles en su haber.

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Su historia en la Selección Nacional no arrancó en 2018, como muchos quizá piensan. El "Leónidas de Pujato", como lo apodó Alejandro Fantino luego de la Copa América obtenida en Brasil, fue convocado a la selección juvenil sub 20 por José Pékerman, el exitoso entrenador de divisiones menores. Con la Selección Argentina Sub 20 disputó el Mundial de Malasia 1997, donde fue titular, figura y campeón, convirtiendo dos goles (uno muy importante ante Brasil en cuartos de final).

Si bien logró algo importantísimo a nivel juveniles, no fue convocado casi nunca a la selección mayor. Solo disputó seis partidos con la albiceleste (estuvo presente en el debut de Lio Messi), ganándose de todas maneras la convocatoria al Mundial de Alemania 2006. No fue titular, disputó solo un partido (los 120' ante México) y, como todo el plantel, sufrió los penales ante Alemania que nos dejaron afuera en cuartos de final.

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Como entrenador todos conocemos su gloriosa carrera, pero también sabemos que su elección como DT argentino fue muy discutida, principalmente por la prensa. Varios que hoy lo endiosan y suplican que no renuncie, cinco años atrás pedían su cabeza y postulaban a otros entrenadores de mayor experiencia.
Debutó con la Sub 20 en el Torneo de La Alcudia, el cual ganó junto a Pablito Aimar como su segundo entrenador. Su buen paso por dicho torneo le permitió ser interino por seis partidos, con la promesa de renovación del plantel. Nombres como De Paul, Lautaro, Paredes y Lo Celso empezaron a sonar seguido en las convocatorias. Fue positivo su interinato, ganándose el puesto hasta la Copa América 2019. 
Volvió Leo al plantel, al igual que "Fideo" Di María, Agüero y Otamendi. Tras un papel de menor a mayor en la Copa, finalizó en el podio como el tercer mejor equipo, dando comienzo a la mayor racha de partidos invictos que hubo en el seleccionado argentino. En ese lapso de tiempo, se logró la Copa América 2021, la clasificación al Mundial de Qatar 2022 y la Finalíssima ante Italia, en Wembley. Nombres como "Dibu" Martínez, "Cuti" Romero, Julián Álvarez y Lisandro Martínez eran fijas en el equipo, y piezas muy importantes, ya sea desde el once titular o del banco de suplentes.

Llegó Qatar y, con el Mundial, la gloria eterna. Y el entrenador fue clave, no nos olvidemos nunca de eso. Fue clave para leer que había que cambiar jugadores que eran habituales titulares, y que había que darle lugar a chicos que estaban mejor. Clave porque supo llevar calma en los momentos donde reinaba el terror. Supo motivar al equipo cuando fue necesario. Quizá pecó, junto al equipo, en no saber cerrar los partidos, sufriendo innecesariamente en octavos, cuartos y en la final. Fue muy inteligente en la semi ante Croacia, y ambicioso y valiente ante Francia, con la ingeniosa elección de Angelito por la banda izquierda. 

Debut impensando ante Arabia, triunfo sufridísimo contra México, victoria ante Polonia, que nos permitió recuperar la memoria. Empezaban a aparecer los Mac Allister, Enzo Fernández y crecía la figura de la "araña". Triunfo injustamente ajustado ante Australia, batalla épica contra Países Bajos con "Dibu" héroe y paliza a Croacia en semifinales. 

Y la final. ¡Qué final! La mejor de la historia de las Copas del Mundo (y me animo a decir, la mejor de todas las finales que hubo a nivel fútbol en la historia). Casi 80 minutos perfectos, que incluyeron dos goles, uno de ellos el mejor gol del mundial, según mi humilde opinión. Hasta que apareció Mbappé, que clavó un doblete y llevó todo al alargue. El mejor jugador del mundo volvió a poner arriba a nuestra selección, lo que parecía partido cerrado y victoria 3 a 2. Pero no, otra vez apareció el mejor jugador francés, anotando el empate. Y por último, la poesía, la magia, la jugada que nos hizo sufrir, ahogarnos, aguantar la respiración y volver a vivir, todo en un segundo. La mejor atajada de todos los tiempos, realizada por Emiliano Martínez ante Kolo Muani, en el minuto 123 de la final. Y casi lo ganamos, casi casi. Que lindo final hubiese sido ese también.

Penales en Lusail. Mbappé adentro (cuarto gol en la final). Leo, con mucha clase, adentro (tercer gol en la final). Coman remató cruzado, y el "Dibu" volvió a ser héroe. Dybala, fuerte al medio, adentro. Tchouamení, muy  nervioso, afuera, y baile alocado del "23" argentino. Paredes aseguró, dejando todo en match point. Kolo Muani, en una especie de revancha (ponele), anotó su gol. Y llegó Montiel, el de los penales en River, el lateral derecho que fue más suplente que titular, el jugador que cometió la imprudencia del penal para el último empate francés. Claro, Gonzalo. ¿Quién sino? Gol de Montiel, gol de campeón. Grito desaforado de todos, llanto de Leo, del "Dibu", de Rodri, de Paredes. Y del DT, claro que sí. Emoción a flor de piel de Lionel Scaloni, el tercer entrenador argentino en consagrarse campeón del mundo. 

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Gracias Lionel. Gracias por todo lo que le diste al pueblo argentino. Nos diste alegría, nos diste muchísima felicidad. "No es sopa", diría Carlos Alberto Solari, para describir semejante épica. No es poca cosa hacer feliz a un pueblo, a todo un país. Y no lo dudes, vamos por más. Juntos, ganemos o perdamos, vamos juntos. Porque, seguramente te preguntes... ¿y si ganamos en 2024 o en 2026 otra vez? ¿O ambas? Y si no es así, festejemos igual. Por los logros obtenidos, por el regreso a las raíces y la recuperación de la identidad del futbolista argentino con la celeste y blanca.


 

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