Helicóptero sin H


Nunca te gustó mucho el fútbol. Lo practicaste en tu adolescencia, por lo que alguna vez me has contado, pero no eras fanático. Hincha de Boca, como tu viejo. No recuerdo mucho sobre él, pero entiendo que el fútbol era algo que le gustaba. 

Tu pasión eran los aviones. Recuerdo que pasaba uno por el cielo y nos decías: "ahí va un Boeing 737". Mi pregunta era cómo carajo lo sabías, si semejante armatoste se veía a muchísimos kilómetros de distancia, pareciendo un simple pájaro en la inmensidad del azul. A pesar de mi interrogante, nunca pensé que nos inventabas o nos mentías sobre qué avión nos sobrevolaba. Siempre supe que lo decías con seguridad y firmeza, porque se notaba que te apasionaba. 

Quizá ese fanatismo te llevó a interiorizarte por los actos bélicos de carácter histórico. No hace falta ser un erudito en la materia para saber que en las batallas del siglo XX los aviones tuvieron un papel preponderante. Me has contado que en la Guerra por las Islas Malvinas, en donde Inglaterra venció a nuestro país, donde dimos pelea hasta el final fue con la aviación.

También recuerdo que me contaste acerca de tu sueño (o intención, al menos) acerca de estudiar en Córdoba algo relacionado a la aviación. No quiero mentir ni endulzar este texto, pero era algo así como una carrera de grado con un vínculo estrecho a tu pasión. Y hasta incluso lamentaste no haber ido a las Malvinas a luchar por tu país, todo por un número de tu DNI. Creo que mi hermana y mi hermano estuvieron un poco más cercano a vos en estos temas, me alegra que así sea.

*

Mientras vos intentabas trasladarme algo de tu pasión, yo andaba pateando una pelota de fútbol. Comencé de a poco a ver partidos, aprender sobre los equipos y las selecciones. Leía mucho sobre la historia de los mundiales e incorporaba apellidos difíciles a mi vocabulario cotidiano. En algún punto, quizá hasta los cansé de hablar y ver fútbol en la TV. Me hicieron de Boca, cosa de la cual no reniego, todo lo contrario. Pero si pienso en esto de que "me hicieron de Boca", pienso en mi abuelo, no en vos. Ojo, no lo tomes mal. Con él quizá compartía un poco más el hecho de seguir los partidos, opinar acerca de algún jugador o de un equipo.

Vos me llevabas a Costanera Sur a ver despegar o aterrizar aviones (no recuerdo cosa más aburrida que esa). Fuimos a algunos museos o exposiciones sobre aviones, tanques de guerra, cañones (ahí recordé algo más aburrido). Realmente recuerdo eso, pero que embole. No me gustaba para nada.

El fútbol para mí siempre lo fue todo, desde que tengo memoria. Y hoy que estoy a meses de ser padre de un varoncito, pienso en lo hermoso que sería compartir mi pasión con él. Que sea bostero, que le guste jugar a la pelota con su papi, que mire los partidos, que se vuelva fanático. Contarle quién es (y quién fue) Leo Messi.

Pensando en esto último, añorando que suceda, al mismo tiempo pienso que puede no ocurrir. Que al pibe puede no gustarle el fútbol, o agobiarse de ver al padre sufrir como un loco por ese deporte. Y el desafío que yo tengo que asumir, es el de bancarme los mocos y apoyarlo en lo que a él lo apasione. Puede ser otro deporte o, bien sino, cualquier otra cosa. Pero yo tengo que estar ahí, como estuviste vos...

*


Hoy mi vieja me mandó estos dibujos que acá comparto. Son hechos por mí, no sé a que edad. En ambos se ve a un hijo triunfando futbolísticamente ante su padre, ambos vestidos con la azul y oro. Es clara mi victoria, ya que en una le estoy convirtiendo un gol (aunque el arco no se ve), y en el otro estoy atajando un remate con ambas manos, mostrando firmeza en la portería.

Automáticamente, al ver estas ilustraciones, pensé en vos. A pesar de que el fútbol no era lo tuyo, y que probablemente te doliera que tu primer hijo varón no tenga ni un mínimo interés en tus pasiones, jugaste conmigo muchísimas veces. En el patio del departamento, en el patio de casa, en Chascomús (donde sufriste un esguince luego del caño que te tiré). Me comprabas las revistas (algo que colecciono hoy en día) y casetes de Boca Campeón. Me llevaste al Museo de Boca por primera vez. Me llevaste a La Bombonera, también por primera vez (antes comimos en Banchero y me hiciste probar la cerveza, con maní salado en el interior del vaso). Según vos eso era rico...

Me llevaste al club a jugar y entrenar desde que tuve cinco años, y por lo menos hasta los doce o trece me seguiste llevando. Ya a esa edad, comenzaba a viajar solo en bondi o a caminar hasta el club del barrio.

Fuiste a verme jugar varias veces, lo cual agradezco. Quizás hablabas mucho y me distraías, y eso no lo agradezco tanto. Pero estuviste ahí. Quizá te cagabas de embole, mirando al cielo a ver si no aparecía un Hércules o un Pucará o un Mirage. 

*

En conclusión, espero que cuando mi hijo crezca, yo esté ahí también. Por más que su sueño o su pasión sea un embole para mí. Trataré de que no se note mi bostezo. Intentaré estar entusiasmado para él, que no tengo dudas de que va a ser (y ya lo es) lo más importante para mí. Si le gusta o no el fútbol, terminará siendo un detalle menor...
Lo más lindo va a ser que cuando sea un adulto, se acuerde de su viejo y sepa que estuvo ahí con él, siempre.

P.D.: se ve que en algún momento lo intenté, sino no se explica el siguiente dibujo, donde estoy manejando un "Elicóptero" de guerra y vos un avión...





Comentarios

  1. Al leer este blog, no pude evitar las lágrimas, la risa y el llanto, hermosos recuerdos de tu infancia que llevo en el corazón y que nunca se borraran, siempre estaré a tu lado y de tus hermanos, apoyándolos y ayudándolos como me sea posible, estoy muy orgulloso de vos y muy agradecido de darnos un nieto, al que trataré de que le gusten los aviones (jejeje), si así es o de acompañarlo, junto a vos, en lo que le guste hacer.
    Te quiero hijo!!!

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  2. Ah, un detalle no menor, cuando fuimos a la fiesta del día de la FAA, en Palomar, logré que nos dejaran subir a la cabina del Hercules C-130 a vos y a mi y Daia no me perdonó nunca, te acordas? Era insistente el hombre!!!, pero todavía tengo esperanzas con el nietito!!!!jajaja!!!

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    1. jajaja no me acuerdo de la experiencia dentro del avión, pero sí de la foto que había dando vueltas por casa. Lo de Daia me viene a la mente como "reclamo" ahora más de grande. Nadie puede negar que lo intentaste, pero estas cosas se llevan dentro, no depende tanto de lo que nos quieran transmitir.

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